- Comienza separando las yemas usando los dedos -no las pases por las cáscaras, así reduces las posibilidades de contaminación-. Añade el azúcar y bate con unas varillas hasta que la mezcla se blanquee -adquiera un color blanquecino- y doble su tamaño.
- Para hacerlo al baño maría coloca en el fuego un cazo con 2 dedos de agua. Coloca el bol (que sea metálico) sobre el cazo, sin que toque el agua. Ve retirándolo de vez en cuando, tiene que calentarse, pero no subir de 70ºC, porque se nos haría un revuelto de yemas.
- Deja enfriar la mezcla y añade el mascarpone. Bate bien e incorpora el licor. Guarda la crema de mascarpone en la nevera.
- Prepara un café negro y colócalo en un plato hondo. Ve untando los bizcochos de soletilla y disponiéndolos en una bandeja de unos 25 cm de largo. Este paso es importante, ya que el bizcocho no puede quedarse seco, pero si se empapa demasiado, el líquido se quedará en la bandeja.
- Después de una primera capa de bizcochos, extiende la mitad de la crema de mascarpone. Una capa más de bizcochos y termina cubriendo con la crema de mascarpone. Tapa la bandeja con papel film y guarda en la nevera durante 12-24h.
- Antes de servir el tiramisú espolvorea cacao en polvo por encima ayudándote de un colador pequeño.
El tiramisú me parece el postre más apañado, fácil y resultón que puede prepararse para una comida con gente. Mi versión lleva exclusivamente yemas y un poquito de licor de avellanas. Para asegurarse, es mejor batir las yemas al baño maría, pero siempre con cuidado, para que no se cuajen, y comerse el tiramisú en menos de 24-48h. Puedes ver el vídeo completo aquí.