Receta para agarrar manta y agenciarse la mejor esquina del sofá. Para cuando llegan estos días en los que a las seis de la tarde ya estamos modo pijama, taza caliente en mano y Lush de Snail Mail en repeat, una taza de chocolate caliente (o dos) parece sin duda el mejor plan posible. La receta es para estándares no muy nacionales, poco dulce y más tirando a líquido. Pero bueno, a mí me parece delicioso, suave y cremoso, hasta divertido, chica. De todas formas, os cuento también cómo convertirlo en un chocolate clásico para los puristas de anclar cuchara.